lunes, 23 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
Piedras al aire
Cuando las personas llegan a la cima de su fama deben cuidar mucho su reputación porque es muy fácil perderla. Hay quién se endiosa tanto durante el ascenso que después no se percata de su caída, porque no existe un tonto que no sea admirado por otro tonto. Y ya se sabe que vale más escuchar la represión de un sabio que las alabanzas de tu rémora, pero claro, un tonto siempre está satisfecho de sí mismo.
Solo verle caminar, con la barbilla desafiante y la cabeza entre los hombros ya provoca animadversión. Esa pose chulesca la ha contagiado a sus seleccionados que se comportan durante el partido como auténticos maleantes a los que además de inculcarle malos comportamientos, los ningunea porque su egolatría no permite que otro pueda destacar. Solo él.
Como jugador estuvo en cuatro mundiales y solo en el del 86 fue el gran jugador de su época. Después empezó la cuesta abajo para finalizar en el del 94 donde fue expelido como una ventosidad apestosa por cocainómano.
También Mario Kempes gano un mundial y no hay comparación posible entre ambos. A Mario todos le recordaremos con simpatía porque supo asumir la gloria con un comportamiento decente.
Los hipócritas cuando olisquean el peligro se apresuran a pedir perdón como los cobardes y la FIFA lo sanciona con una multa y dos meses de suspensión (castigo demasiado leve vistos los antecedentes) por su desprecio a la prensa que no comulga con sus ideas.
Me duele que la patria de D. Alfredo haya errado de esta manera en la elección de seleccionador.
“Tan peligroso es que lances piedras al aire como que a un tonto le des trabajo en tu casa” (Proverbio)
Solo verle caminar, con la barbilla desafiante y la cabeza entre los hombros ya provoca animadversión. Esa pose chulesca la ha contagiado a sus seleccionados que se comportan durante el partido como auténticos maleantes a los que además de inculcarle malos comportamientos, los ningunea porque su egolatría no permite que otro pueda destacar. Solo él.
Como jugador estuvo en cuatro mundiales y solo en el del 86 fue el gran jugador de su época. Después empezó la cuesta abajo para finalizar en el del 94 donde fue expelido como una ventosidad apestosa por cocainómano.
También Mario Kempes gano un mundial y no hay comparación posible entre ambos. A Mario todos le recordaremos con simpatía porque supo asumir la gloria con un comportamiento decente.
Los hipócritas cuando olisquean el peligro se apresuran a pedir perdón como los cobardes y la FIFA lo sanciona con una multa y dos meses de suspensión (castigo demasiado leve vistos los antecedentes) por su desprecio a la prensa que no comulga con sus ideas.
Me duele que la patria de D. Alfredo haya errado de esta manera en la elección de seleccionador.
“Tan peligroso es que lances piedras al aire como que a un tonto le des trabajo en tu casa” (Proverbio)
Encuestas sin valor
Hace pocos días hemos visto por televisión una encuesta realizada en la calle que fue un modelo de mal hacer. No debes preguntar a los jóvenes cual ha sido el mejor jugador del mundo, porque les falta información para valorar justamente las cualidades de cada uno de los supuestos primeras figuras mundiales del fútbol a lo largo de la historia.
Ellos no han tenido la oportunidad de ver en directo o por televisión muchos partidos de aquellas figuras que los medios de comunicación tratan de comparar en su afán de vender. De sus mejores jugadas solo han visto resúmenes, más escasos cuanto más nos alejamos en el tiempo.
Hubiera sido más coherente preguntar por el mejor de cada época, a eso hubieran contestado con suma facilidad: De los antiguos, por estadísticas y de los actuales, por conocimiento. Claro que con eso ya no habría comparaciones y eso no vende.
Pero si preguntas a los aficionados de sesenta años o más, que han tenido la oportunidad de verlos a todos ellos, no dudarían en contestar que el mejor de todos, el que transformó un Club, el que hizo un equipo campeón de campeones, el que reunía en sus capacidades un 80% de las mejores de los demás, el jugador más completo que se ha visto y además es el único que tiene el Superbalón de Oro, es D. Alfredo DiStefano.
Y si me preguntan por el segundo, les nombraría a Pancho Puskas, el máximo goleador de toda la historia del fútbol, según la FIFA. Si el gol es el máximo exponente del fútbol Puskas es la Superbota de Oro. Todos los demás no se les pueden comparar porque ni han sido tan completos como nuestro dios, ni tan goleadores como esa buena persona que Hungría homenajeó como a un héroe nacional. Los dos han jugado en nuestro equipo y yo los he visto. ¡Qué gustazo!
Ellos no han tenido la oportunidad de ver en directo o por televisión muchos partidos de aquellas figuras que los medios de comunicación tratan de comparar en su afán de vender. De sus mejores jugadas solo han visto resúmenes, más escasos cuanto más nos alejamos en el tiempo.
Hubiera sido más coherente preguntar por el mejor de cada época, a eso hubieran contestado con suma facilidad: De los antiguos, por estadísticas y de los actuales, por conocimiento. Claro que con eso ya no habría comparaciones y eso no vende.
Pero si preguntas a los aficionados de sesenta años o más, que han tenido la oportunidad de verlos a todos ellos, no dudarían en contestar que el mejor de todos, el que transformó un Club, el que hizo un equipo campeón de campeones, el que reunía en sus capacidades un 80% de las mejores de los demás, el jugador más completo que se ha visto y además es el único que tiene el Superbalón de Oro, es D. Alfredo DiStefano.
Y si me preguntan por el segundo, les nombraría a Pancho Puskas, el máximo goleador de toda la historia del fútbol, según la FIFA. Si el gol es el máximo exponente del fútbol Puskas es la Superbota de Oro. Todos los demás no se les pueden comparar porque ni han sido tan completos como nuestro dios, ni tan goleadores como esa buena persona que Hungría homenajeó como a un héroe nacional. Los dos han jugado en nuestro equipo y yo los he visto. ¡Qué gustazo!
lunes, 9 de noviembre de 2009
Hurto de uso
Toda la prensa, tanto radiada como escrita, opina hoy de la lesión de Cristiano Ronaldo y la llamada del seleccionador de Portugal para que dispute los dos partidos de repesca para el mundial del año próximo.
Todo es según el color del cristal con que se mira. Cada medio de comunicación arrima el ascua a su sardina buscando su beneficio sin preocuparles poco ni mucho el meollo de la cuestión. Barullo, barullo y a vender.
Ya lo dijo Machado.”¿Qué verdad? ¿Tu verdad? ¿Mi verdad? LA VERDAD.” Pero esa los de a pié no la sabemos. Primero porque lo que recibimos como información en realidad es desinformación y además, ni siquiera los médicos lo tienen del todo claro ya que su diagnóstico invariablemente estará relacionado con su nivel de conocimientos.
Debería bastar el tratamiento recetado en última instancia por el doctor Niek Van Dijk que entre la profesión está considerado como el más entendido en ese tipo de lesiones; pero al parecer no es suficiente, lo examinarán los médicos de la federación portuguesa que indudablemente están menos capacitados que el holandés. Es de pura lógica pensar que en caso contrario CR9 hubiera pasado consulta con ellos primero.
Este embrollo tiene que ver con su seleccionador, que aún no ha digerido su fracaso como entrenador de nuestro equipo en el pasado. Ha convocado a CR9 por venganza, su vanidad no le permite ser justo. Es más fácil culpar a los demás de los fracasos propios.
Y todo esto me trae a la memoria al director de La Codorniz , “La revista más audaz para el lector más inteligente”, así rezaba su reclamo publicitario.
A D. Álvaro de la Iglesia le robaron su coche, un Mercedes del que estaba enamorado y con el que presumía en los cincuenta/sesenta. En el juicio que le hicieron al ladrón cuando lo atraparon al cabo de unos meses junto con el coche, el inefable juez de turno sentenció que no había sido robo, solo “hurto de uso”. De la Iglesia se levantó de su asiento en la Sala y le dijo al juez: “Señoría, ¿Cómo le sentaría si me llevara a su esposa y le hiciera un tremendo hurto de uso? ¿Está seguro que querría volver con usted? Lo dudo porque la usaría mucho, todos los días como han hecho con mi coche”.
Señor Queiroz, ese mismo sentimiento me embarga cuando veo el tremendo riesgo que corre CR9 si juega esa eliminatoria. Si recae, los paganos seremos los madridistas que no podremos disfrutar de su juego en otra larga temporada. Y además, llueve sobre mojado.
No sea usted lerdo tres veces. Una, como entrenador, dos, la vez anterior cuando lo seleccionó aún convaleciente y no ha vuelto a jugar y tres, la de ahora. ¿Cuántas necesita para recapacitar? ¡Que Dios le ampare!
Todo es según el color del cristal con que se mira. Cada medio de comunicación arrima el ascua a su sardina buscando su beneficio sin preocuparles poco ni mucho el meollo de la cuestión. Barullo, barullo y a vender.
Ya lo dijo Machado.”¿Qué verdad? ¿Tu verdad? ¿Mi verdad? LA VERDAD.” Pero esa los de a pié no la sabemos. Primero porque lo que recibimos como información en realidad es desinformación y además, ni siquiera los médicos lo tienen del todo claro ya que su diagnóstico invariablemente estará relacionado con su nivel de conocimientos.
Debería bastar el tratamiento recetado en última instancia por el doctor Niek Van Dijk que entre la profesión está considerado como el más entendido en ese tipo de lesiones; pero al parecer no es suficiente, lo examinarán los médicos de la federación portuguesa que indudablemente están menos capacitados que el holandés. Es de pura lógica pensar que en caso contrario CR9 hubiera pasado consulta con ellos primero.
Este embrollo tiene que ver con su seleccionador, que aún no ha digerido su fracaso como entrenador de nuestro equipo en el pasado. Ha convocado a CR9 por venganza, su vanidad no le permite ser justo. Es más fácil culpar a los demás de los fracasos propios.
Y todo esto me trae a la memoria al director de La Codorniz , “La revista más audaz para el lector más inteligente”, así rezaba su reclamo publicitario.
A D. Álvaro de la Iglesia le robaron su coche, un Mercedes del que estaba enamorado y con el que presumía en los cincuenta/sesenta. En el juicio que le hicieron al ladrón cuando lo atraparon al cabo de unos meses junto con el coche, el inefable juez de turno sentenció que no había sido robo, solo “hurto de uso”. De la Iglesia se levantó de su asiento en la Sala y le dijo al juez: “Señoría, ¿Cómo le sentaría si me llevara a su esposa y le hiciera un tremendo hurto de uso? ¿Está seguro que querría volver con usted? Lo dudo porque la usaría mucho, todos los días como han hecho con mi coche”.
Señor Queiroz, ese mismo sentimiento me embarga cuando veo el tremendo riesgo que corre CR9 si juega esa eliminatoria. Si recae, los paganos seremos los madridistas que no podremos disfrutar de su juego en otra larga temporada. Y además, llueve sobre mojado.
No sea usted lerdo tres veces. Una, como entrenador, dos, la vez anterior cuando lo seleccionó aún convaleciente y no ha vuelto a jugar y tres, la de ahora. ¿Cuántas necesita para recapacitar? ¡Que Dios le ampare!
miércoles, 4 de noviembre de 2009
El trabajo y las comadres
El 25 de mayo el Diario AS me publicó la siguiente carta:
“El futuro entrenador del Real Madrid
Ante las dudas ofrecidas por los posibles candidatos barajados hasta hoy para el banquillo del Real Madrid, creo que habría que descartarlos a todos porque ninguno, excepto Jorge Valdano y él no quiere serlo, son del agrado de los madridistas. Sin embargo, nos hemos olvidado de dos que sí son de nuestro agrado, que gustan a la afición del Santiago Bernabéu.
Jupp Heynckes, el entrenador inolvidable de la Séptima, al que el madridismo le debe una reparación: deberíamos ofrecerle una gran plantilla para resarcirlo y homenajearlo porque se lo debemos.
El otro entrenador que también gusta a la afición blanca es Guus Hiddink, el de la Intercontinental. Demostró en el Real Madrid, en la Selección de Corea, en la rusa y en el Chelsea su capacidad técnica y, sobre todo, cómo supo manejar a los divos de esos equipos dentro del vestuario.
Creo que cualquiera de los dos serían bienvenidos a la casa blanca. Además, aquí no queremos experimentos, queremos buen juego (¿Dónde vas Mourinho?). Trofeos, victorias, inmediatez, ¡Ya! (¿Dónde vas Wenger?). Esa es la verdad madridista. Y todo lo demás son ganas de marear la perdiz.”
Nos trajeron a Pellegrini que llegó avalado por su buen hacer en el Villarreal y estuvimos conformes porque son los dirigentes los que deciden, y a estos los ha elegido la masa social del Club.
Pero al primero de la clase no le basta un notable. El primero lo es porque constantemente busca la excelencia, es decir el sobresaliente, y ¿quién nos dice que el trabajo de Pellegrini no es excelente? Han de ser los futbolistas los que reflejen en el campo el trabajo del entrenador y en momentos puntuales lo han conseguido, luego hay un trabajo bien hecho.
¿No pensáis que con Cristiano los resultados serian otros? A mi no me cabe la menor duda y alguno dirá que son justificaciones. Naturalmente que lo son.
Si tener en el dique seco al FIFA World Player y Balón de Oro no es una justificación que venga Dios y lo vea.
Y a pesar de eso la prensa canalla, la que no merece ni el pan que come y es capaz de vender a su madre por un puñado de monedas; la que deshonestamente solo piensa en vender periódicos y llenar horas de mala radio ya ha comenzado su labor de zapa bajo los pies de Pellegrini. Primero sibilínamente y ahora a saco. Eso vende mucho.
A Pellegrini le digo lo que dijo La Fontaine: “El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras”
Los madridistas debemos confiar en nuestro entrenador porque calidad tiene, y esperar las vacas gordas (ahora solo están metiditas en carnes) sin hacerle el juego a esa banda de comadres que cada día nos machacan con la cantinela que se han buscado para su beneficio.
