Ser del Real Madrid: julio 2010

sábado, 17 de julio de 2010

Diálogo de campeones

“-Agüelo, ya soy campeón del mundo y solo tengo nueve meses”

-Ya ves. Yo he tenido que esperar setenta años para lograrlo y mira que hubo grandes futbolistas en el equipo nacional a lo largo de nuestra historia.

-“Si. No te lo discuto, pero esta vez hemos tenido lo que había faltado hasta ahora: Un equipazo”

-“¿Sabes agüelo que hay gente que dice que este título tiene poco mérito porque no hemos jugado contra Brasil ni Argentina?

...

-“¿Pues sabes que te digo agüelo? Que no hemos jugado contra ninguno de los dos porque no han tenido güevos para llegar a la final. ¡Hala, ya está dicho! Y te prometo que no voy a decir más palabrotas cuando hable contigo pero es que los putos envidiosos me tocan los cohones. ¡Uy, se ma´scapao!”

-No importa disfrutón, la euforia disculpa deslices.

-“Agüelo que contentos estamos. ¡Nos los hemos comido a todos con pan y para terminar nos hemos hecho un zumo!”

"¡Campeooones, campeooones, oeeé, oeeé, oeeé!"

miércoles, 14 de julio de 2010

Alcanzamos la gloria

Todo pasa y todo queda.
Hemos llenado de satisfacción nuestro baúl de los recuerdos.
Cada vez que hablemos de fútbol nos inundará la memoria una catarata incontenible de emocionantes momentos vividos la noche de la final del Campeonato del Mundo. Se han escrito y dicho tantas cosas que hay poco por añadir.

Pero hay algo que no se me va a quedar en el tintero porque estas cosas hay que decirlas:

Pronto empezarán a hablar mal de la prima que cobrarán nuestros internacionales por ser campeones, pero lo prometido es deuda. Ellos son profesionales que cobran por un trabajo que proporciona muchos beneficios, como cada hijo de vecino que gana su pan honradamente.

Pero mis preguntas a los envidiosos y agoreros son:

¿Cuánto vale el orgullo de ser español que ellos han despertado en todo un pueblo?

¿Cuánto valen las lágrimas de alegría derramadas de emoción al saberte “number one”?

¿Cuánto valen los abrazos que te ha dado gente desconocida que estaba a tu lado en el momento de la celebración?

¿Cuánto vale la alegría de esa juventud que podrá añadir a la plenitud actual de su vida haber vivido sanamente esos momentos de felicidad?

¿Cuánto vale que el mundo entero reconozca y te diga que eres el mejor?

Podría seguir haciendo muchas preguntas, pero ya solo haré una más:

¿Se puede pagar todo eso con dinero? Rotundamente, NO.

En cambio cuando veo los cochazos pagados por todos nosotros, con esa gentuza que van y vienen a sus despachos, escaños, consejerías, etc. Esos chupóteros que dicen imbecilidades a destajo porque van cumpliendo años sin sacar la cabeza del culo, que mienten más que hablan, que roban todo lo que pueden, que solo se quieren a ellos mismos, que cada día nos deparan alguna preocupación. A ellos les daría como prima la negra eternidad.
Y conste que no estoy hablando de color de carné porque no soy experto en aves carroñeras. Para mí todos los buitres son iguales.

Por todas estas cosas desagradables de la vida cotidiana, debemos agradecer que un grupo de atletas hayan paseado por el mundo el nombre de ESPAÑA (los mamones siempre dicen este país) y hayan conseguido que nos levantemos cada mañana orgullosos de sentirnos españoles. Para ellos la gloria conseguida, abrigada con nuestro agradecimiento.

¡Qué feliz me siento!