Toca, toca que yo me llevo la Copa

Anoche los madridistas, después del pitido final terminamos en éxtasis, extenuados y con flojera en las piernas. Como en los esgorcios a pié firme.

El partido fue como la medicina que cura todos los males a unos y envenena a otros. Demasiada soberbia, engreimiento e ínfulas hemos destrozado a los del noreste.¿Desde cuándo el barroquísmo es la mejor muestra del arte?

Nosotros podiamos ir a más y ellos solo tienen una partitura. Una vez pillado su tranquillo lo tendremos más asequible en adelante, porque... ¿Cómo modificarán algo que durante tres años les ha funcionado? Cambiarlo es difícil mientras nosotros estamos estudiando para nota y a punto de terminar la carrera "Cum laude".

Y lo mejor es que el próximo miércoles tenemos, en caliente, el primero de los partidos de nuestra competición favoríta. Si pasamos las semifinales los habremos metido en el hoyo para una larga temporada. Ellos lo temen y eso debe producirles una desazón de rascar y no parar.

Casillas besó a la Cibeles y guardará para siempre el segundo de sus mejores besos para enseñar la foto a sus nietos cuando les cuente como ganó esta Copa. Y Cristiano se habrá dado cuenta, por fin, que en los saltos de cabeza hay que doblar las rodillas en el aire para permanecer en lo alto esa décima de segundo más que el defensa, mientras rematas de cabeza mirándote la solapa. ¡Qué golazo!

Lo dicho: ¡Un esgorcio!